El ojo del enemigo...

El enemigo está aquí.. siempre está aquí. Durante algunos meses permaneció oculto, encadenado.. sometido. Pero basta una chispa para que las cadenas se incendien como si fueran de papel.. para que el foso se convierta en escala y el demonio salga a la superficie esparciendo veneno.

Sin embargo, para su más profunda vergüenza, es débil.. ya no como antes. Basta un guijarro, un brillo de ojos, y a la mazmorra.. sometido, transparente... inofensivo.

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