Con el atardecer...

Un día más, y, ahí vamos...sobreviviendo. Cada vez se aproxima más la partida y pensar eso, de alguna manera, me da un poco de fuerzas. Saber que viene el cambio, como que me ayuda a resistir esta bendita presión en el pecho, esta ansiedad que me agobia. Sin embargo, aun con eso, hoy no fue un buen día. Y mañana, mañana tampoco pinta bien.

Ahora, me es muy difícil verla todos los días, he optado por tratar de ignorar su influencia y alejarme lo más posible. Pero por más que vague lo más lejos que pueda, siempre termina el día y ella está allí... con el atardecer, todo comienza nuevamente aquí en mi pecho.

Gracias a Dios, se aproxima la partida a pasos acelerados. Si todo va como espero, partiré como el ladrón en la sombra... aunque mi necesidad de partir se hace cada vez mas urgente, no resistiría una despedida.