De verdes y colorados
Socialista de convicción y cínico de formación (ésta ultima obtenida al estilo antiguo: a puro golpe y porrazo), no puedo mas que ver con una sonrisa en los labios como nos hemos encargado de sumergir nuestra sociedad en el mas profundo lodazal.
Parece que estamos destinados a que la mayoría de nosotros no seamos mas que soportes y escaleras para que unos pocos levanten sus cabezas pisoteando las nuestras. Nuestra vida es una permanente batalla en la que nosotros nos hundimos cada vez mas para que los mismos parásitos de siempre (las caras e ideologías cambian, pero la especie es la misma) puedan revolcarse en su cochina adicción al poder.
El Fidel héroe de mi adolescencia se aferra al poder, aun postrado en una cama por la edad y la enfermedad, mientras su sangre lucha por heredar su mandato, en perfecta emulación de las mas rancias monarquías medievales. Los “luchadores sociales” e “ideólogos del socialismo” que muchas veces sirvieron de soporte a mis luchas estudiantiles (allá en mis años de mozo), son ahora cancerberos de un régimen devorador de libertades y hacen grosera gala de su desprecio por todo y todos aquellos que tenga en su léxico algo mas que el “Si señor”, necesario para servirle en el ejercicio de su voluntad.
La ultima oportunidad de demostrar al mundo que el camino socialista es la salvación, se diluye aceleradamente en un país en el que la debacle avanza “a paso de vencedores” instigada por la corrupción y la ineptitud y fortalecida por restricción de libertades, el irrespeto al derecho de las personas y la ceguera oficial ante el avance de la destrucción.
Bien lo dijo Cantinflas una vez “Estamos viviendo un momento histórico en que el hombre científica e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo”. Nada mas cierto.
Próxima la cumbre de las Américas, y emulando la situación hipotética planteada por Cantinflas en su película, una vez mas los verdes y los colorados se encontrarán intentando convencer al otro de sus razones…. unos apoyándose en la fuerza de las armas, el insulto y la violencia; otros en la fuerza del dinero (que a la larga puede comprar armas y financiar la violencia) ambos ofreciendo sangre y sacrificio de sus propios pueblos para refrendar sus afirmaciones.
…. todos “la misma porquería”.. diría Ricardo Arjona
Les dejo con el discurso de Cantinflas en la su película “su Excelencia” de 1966.
Recordando a Benito Juárez (como también lo hizo Cantinflas), cierro este post con la única verdad que debería regir a nuestros pueblos: