Retribuciones

ja ja.. qué cosas. Hoy definitivamente estoy entrando en contacto con la realidad. Ya me cansé de la falta de retribución. ¿De verdad crees que las cosas que hago por ti son desinteresadas?.. permíteme desilusionarte, nada más lejos de la verdad. Cada ayuda, cada regalo, cada atención que te brindo tienen un precio que debe ser retribuido. Un precio que, si hubieras querido, hubieras pagado sin mucho problema ya que tienes mucho de eso que pedía a cambio... dime, te empobrecería mucho si me retribuyes con:

• Un "buenos días" y un "cómo amaneciste?" cada mañana.
• Un miserable "Hola, que haces" desde tu teléfono solo por hablar.
• Un cachito de las cosas ricas que haces y que traes para compartir con tus amigos.
• Una miserable respuesta cuando te diga "Hola, que haces" desde mi teléfono, solo por hablar.
• Pensar y guardar cualquier cosa para compartirla específicamente conmigo y no solamente si me aparezco cuando la compartes con los demás.
• Una bendita acción que indique que pueda contar contigo para protegerme la espalda cuando sea necesario.
• Cualquier detalle de esos que tienes con tus amigos. Saludos, abrazos espontáneos, cariños, etc son moneda válida para hacer el pago.
• Un "¿Que tienes? te escucho" en épocas de crisis. (esta te la paso, tendrías que preocuparte algo por mi para eso. Esa cuenta de ahorros la tienes vacía).
• Un "gracias, lo acepto" cuando estúpidamente hago algo por ti sin consultar si lo quieres o necesitas. El quedar como un tonto encarece el costo. Acepto un "porfa no vuelvas a hacerlo sin preguntar" como rebaja en el precio.
• Cualquier cosa que me diga que estás y estarás allí cuando tenga urgencia de una mano amiga. La mayor parte de las veces solo necesito que me oigan... no es tan alto precio, o al menos eso creo.

Cualquiera de estas cosas me dirían que, de verdad, lo que hago por ti llega a donde debe llegar. Que, de verdad, somos dos en una relación (de amistad o lo que sea) y no uno solo esforzándose en la nada. Que, de verdad, construimos un puente que sostenemos de ambos lados y no una especie de tabla pirata desde la cual cada día salto al mar.

Ya me aburrí amiga. Me aburrí de buscar esas pequeñas señales en ti. Por ahora, la mayor parte de la veces, ese refulgente brillo en los ojos, esa sonrisa y esa hermosa forma de decir mi nombre saldan la deuda entera. Pero ese poder de compra poco a poco deberá ir bajando... me encargaré de eso.