Esta vez no...

Aquejado por viejos demonios que creía encadenados, he tenido un fin de semana en que la vieja Sole* y yo aprovechamos para conversar largo y tendido sobre mi actitud de los últimos días. Cruda e implacable como siempre, mi eterna amiga me permitió observar las cosas desde el Angulo correcto y traer de nuevo la luz a mis propias oscuridades.

Esta tendencia casi que autodestructiva de dejarme llevar por un carácter acido y (antes más que ahora) agresivo, me ha causado más perdida que ganancia (ha habido algunas, para que negarlo) privándome de la posibilidad de acumular más amigos y, también, de una que otra relación estable con posibilidades de ser ampliamente sinérgica. Ahora mismo vienen a mi memoria personas con grandes posibilidades de haber enriquecido mi vida si solo hubiera mantenido firmes las cadenas que atan mis demonios interiores.

El hecho es que, de alguna manera, estoy consciente de que todas las personas que se acercan a mi son producto de la maravillosa habilidad del padre para manipular la mecánica universal y lograr que el universo se alinee exactamente con mis deseos y necesidades. Todas y cada una de esas personas han llegado como un regalo destinado a apuntalar mi existencia y yo rechazo ese regalo cada vez que permito que mi carácter las aleje. Definitivamente... siento que no honro el amor del Padre con esta actitud.

Esta pérdida de control ha sido una especie de recurrencia que me gustaría achacar a un ambiente bastante toxico en el que me he desenvuelto los últimos meses (excusas, diría alguien por ahí). De verdad he tenido que mirar profundamente en mi interior porque siento que estoy alejando a un par de almas que estoy seguro vinieron a mí como respuesta a un pedido expreso al padre de mi parte (Una de ellas ha inspirado varias entradas de este blog).

Mala cosa cuando envías mensajes incongruentes al universo poniendo en aprietos al Padre para atender tus deseos. Invariablemente el resultado es sentirse como me siento ahora; desubicado, triste, inseguro... infeliz

Por suerte, siempre hay oportunidad de rectificar. Elevo mi voz al padre y digo fuertemente: ¡Esta vez No!.. No perderé nuevamente la posibilidad de enriquecer mi vida con las experiencias hermosas de las almas que envía. Conozco el enemigo, lo he vencido antes, y el universo mismo está de mi lado.. No será fácil, pero plantaré batalla con el padre como aliado. Y... si él conmigo... ¡Quién contra mí?


*Nota: Revisé y las entradas sobre "La Sole" se encuentran entre las perdidas por los problemas con los antiguos blog. Sepan los nuevos que mi amiga "La Sole" es la soledad que me ha acompañado desde niño y que, la verdad, con los años se ha vuelto mi fiel consejera. Tendré que escribir nuevamente algo sobre ella para dejarla aqui en su justo lugar.