Y Nada Pasó...

Y le abrió el corazón... pero nada pasó... nada.

No es que esperara mucho, pero al menos un atisbo de emoción hubiera aliviado algo esa pesadez espiritual que le agobiaba el alma.

Claro, no es que fuera un corazón muy especial. No era un corazón del otro mundo para ser sinceros. Pero sabía querer... había aprendido a fuerza de uso.. unas veces en pareja, otras veces en solitario... pero, esta vez, nada pasó.

No esperaba mucho, pero nada obtuvo. Solo distracción, evasión e incomodidad, cosas que no cuentan para llenar un corazón henchido de amor (el toque de burla tampoco ayudó).

Mal cambio hice, dijo. Dejar escapar el cariño que lo inflaba y dejar que entren la tristeza, la decepción. Pero no sabe que estos últimos no tienen el poder destructivo de un cariño no correspondido y se desvanecen con un poco de tiempo.. en realidad, es posible que haya ganado.

Abrió su corazón... y nada pasó. O en realidad si... se vació, para comenzar otra vez.