De Maravillas y Milagros

Y aquí estoy, pensándote, escribiéndote. Ya en la distancia el tiempo no ha sido suficiente y aun permito, invoco en realidad, la manifestación de esas metáforas que diligentemente se confabulan para traerte a mí en todo ese esplendor con el que mis memorias te construirán por siempre.

Por ahora ha sido difícil. Aun no cierra la herida y mi concepción del mundo aun no genera el nuevo mapa de mi vida sin ti. Es extraño, estoy consciente de que debo resolverlo para poder asumir con éxito mis nuevos proyectos. Pero el caso es que, aun no quiero.

Por ahora. Te llevaré conmigo como estandarte hasta que los caminos se abran. El Padre, con su amor, trajo a mí una de sus maravillas. Y yo, agradecido, enarbolaré esa Maravilla como bandera cuya visión conjurará todo obstáculo, toda oscuridad que encuentre en mi camino cercano.

El tiempo, solo el tiempo, te dará tu justo lugar... allí, en lo más profundo de mi alma. En ese lugar secreto donde están las cosas que, al final de mi vida, mostraré al padre como evidencia de sus milagros...

Mientras tanto, permitiré con gratitud que tus metáforas me rodeen de ese mundo... ese mundo que eres tú.

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Y las vi partir..

Y las vi partir. Y, con su partida, sentí que el ciclo se rompió definitivamente y que la rueda de la vida, por fin, comenzó a dar un nuevo giro.

No puedo negarlo, el alma se me hizo pedazos una vez más o, al menos, lo poco que quedaba en su sitio. No hubo palabras de despedida, no hubo abrazos, no hubo lágrimas. Solo se fueron y ya. A seguir con su vida, y yo a seguir con la mía.
 
Una, mi energía, mi fuerza, mi impulso. La otra, mi mundo. Juntas, mi vida... Como el zorro de El Principito, fui domesticado... Y las vi partir.

Por ahora, no tengo más palabras. Solo tengo en mi mente la imagen de su partida y el pensamiento de que ellas volverán, y yo no estaré. El peso de la  terrible convicción de que seguiré lejos con mi vida, y ellas no estarán.
 
No tengo más palabras, por hoy descansaré y trataré de borrar esa imagen de mi mente. Esa imagen de cuando las vi partir.

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Pero necesitaba despedirme...

Y me despedí de ella, sin escándalos, sin apoteosis. Una despedida, exactamente igual a toda nuestra historia. O sea, yo todo, ella nada. Al final, ni un sincero "te quiero" me regaló. Ninguna expresión que me demostrara que algo fui en su vida.

Pero ¿saben qué?... esta vez no fue mucho lo que importó. Ya lo sabía de antes. Que no me acompañaría, que hoy solo fue un compromiso, una tarea que cumplir. Ya lo sabía, pero necesitaba despedirme.  

No lo duden, ella si fue para mí algo especial estos años. Es más, estoy seguro que fui enviado aquí solo para conocerla. Acepto ese regalo del padre y lo agradezco.

Pero necesitaba despedirme, y está hecho.  Pobre despedida en realidad, pero la mejor que pude sin su colaboración. Que siga su camino sin mí y que el padre permita que no le haga falta mi presencia en ningún momento. Se merece estar sin mí, sin mi premura, sin mi "intensidad".

Porque si, mis amigos, les confieso. Hoy, a pesar de todo, me despedí de ella. Aunque no sé si ella se despidió de mi... como siempre, nada me ha comunicado. Yo, por lo menos, estoy en paz con mis esfuerzos. Bendito seas señor por poner a mi alcance, por un ratito, una de tus maravillas... gracias por el detalle. Ya puedo seguir sin ella a cumplir con tus planes.

Y que se fuñan todas. Tengo la corazonada de que, mañana, los que de alguna manera si se han sentido tocados por mi espíritu,  expresarán el sentimiento por mi partida. Mañana, por fin, será día de celebración como debe ser... mañana veré como, todo, si valió la pena.

Luego, posiblemente en algunos días, todo comenzará de nuevo... tal vez donde lo dejé hace unos años. No sé si se podrá, pero al menos por allí podré comenzar. 

Gracias padre por estos años. Gracias por mi mundo, y tambien por tu maravilla... Esa maravilla que, a su vez, hasta ahora fundamentó este mi mundo que me regalaste.

Enredado ¿verdad?...pues bienvenidos a mi vida... ja ja

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De despedidas y nuevos inicios..

Y hoy fue mi despedida. Una comida, unos vasitos de licor, unos chistes y ya. Nada parecido a aquellas despedidas apoteósicas de mis años mozos...

Lo mejor es que les juro que estaba preparado. Llevaba mis buenos suministros, pero creo que no era la idea... Pero, tal y como lo expresó el gran cacique petronilo (no se si existió, menos si de verdad dijo esto) todo se resumió a un "indio comido, indio ido".

Como el cacique, luego de comer, todos volaron y yo me quedé con las ganas de fiesta. Nadie me aclaró que mi despedida era una comida y ya... la única lagrimita que afloró fue la que salió de mis ojos después de un rudo bostezo. Aunque, la verdad, el licor estaba rico y la comida,.. Pues simplemente espectacular.

Saben?... Es que tengo la idea de que esta larga estadía, después de que se supo de mi partida, parece que le quitó sabor a la cosa y ya comienza a cansar eso de verme por ahí a diario... ya ese, ¿cuándo es que te vas? ya comienza a sonar cansino y realmente honesto.

Es que es bien sabido aquello de que "El muerto y el arrimado al tercer día hieden"... y yo ya llevo aquí, de arrimado, mucho más de tres días.

Créanme. Yo mismo me siento agotado y la necesidad de cerrar este ciclo se hace cada vez mayor. Ya aburro, y me siento terriblemente repetitivo... coño, estoy fastidiado y fastidio a los demás a muerte.

Lo peor es que ella... me entristece comentarles que recibió malas noticias. Y, de verdad, me duele mucho por ella. Por ahora, está en su mundo. Ya no puedo esperar que se recupere y podamos tener una despedida cónsona con nuestras vivencias, no hay tiempo… así que, pues recordaré todo lo que vivimos y ya no esperaré mas de ella. Siento como el vínculo se rompió... pues, que seamos libres.

Ya me conformo con esta despedida. Para mi será como si hubiera botado la casa por la ventana. Dejaré esto así considerándome adecuedamente despedido y, al llegar a casa, pues... será hora de celebrar, a todo dar, un nuevo inicio… es un excelente plan.. ¿no les parece?

(Nota: No me malinterpreten, les agradezco en el alma a mis amigas esta despedida.. las amo y les deseo lo mejor.. abrazos y nos estamos viendo en el camino)

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Y, al final, no entendió nada

Y al final, no entendió nada. Se lo expliqué.. Se lo pedí, al menos eso creo. No recuerdo bien.
 
Pero no entendió. No entendió que solo quería su apoyo, su compañía. Esa compañía que, aun en su ausencia, viene a mí cuando la pienso... cuando le escribo.

No entendió nada. No entendió que mis palabras son sortilegio que conjura la soledad de estos últimos días antes de la partida. No entendió que las letras liberan el peso de un corazón atribulado. No entendió que los sentimientos expresados en palabras hieren menos las almas acongojadas.

No, no entendió. Negó la respuesta necesaria, abandonó el campo del debate sin ningún intento de plantar batalla... dejándome allí, con mi arsenal de argumentos, con mi artillería de sentimientos... con mi soledad.

Pido disculpas a los que me leen en estos tiempos difíciles, abandoné unos días este blog. Es que pensé llegar a ella sin dejar huellas aquí, sin registros para el futuro, sin el freno que supone el testimonio de terceros... 

Pero ella no entendió... No entendió que hubiera bastado una respuesta. Cualquier respuesta, cualquier cosa que hubiera generado una conversación... no entendió que cualquier cosa hubiera acallado mi soledad.

Ella no entendió, amigos, no entendió que mi "intensidad" es premura. Que es necesidad de vaciarme de sentimientos antes de que se me termine el tiempo. No entendió que, día a día, le entregaba a pedazos mi corazón en palabras... como último presente.

Ya no explicaré nada, ya no esperaré nada.. el tiempo expiró... Y ella no entendió.

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