Diabólica bebida

Desde mi último post había decidido descansar un poco y esperar algunos días antes de escribir algo nuevo. Esperaba, tal vez, completar la transición por la que estoy atravesando antes de atreverme a escribir algo para que no resultara tan llorón y deprimente como los de los últimos días.

Todo estuvo bien hasta que se me ocurrió la mala idea de tomar unos tragos de una mezcla alcohólica que aún conservo en la nevera desde hace algunos días. Se trata de una mezcla especial que inventé hace unas semanas y que, por sus efectos, me dio por llamarla "el suero de la verdad".

Es que el bendito brebaje tiene la tendencia de rebajar, un trago a la vez, cualquier defensa que uno pueda tener y todas aquellas cosas que uno esconda en su interior fluyen a la superficie sin el más mínimo control. Basta que alguien cercano te toque la tecla para que uno se convierta en un Pavarotti cualquiera y "cante" hasta las notas que uno ni siquiera estaba enterado de que sabía.

En realidad, esas diabólicas propiedades es lo que han mantenido esa bebida demoniaca en la nevera. Ahí ha estado, resistiendo las ganas de fiesta en los tiempos en los que aun venían a mi estando aquí. Es decir, resistiendo hasta hoy... ja

Maldición, un solo vasito y ya estoy otra vez pegado aquí en mi teclado. Escribiendo pistoladas y con las pinches ganas de hablar de ella que me carcomen y me empujan el alma a un lado... tratando de subir a la superficie. Un solo vaso de ese mejunje de satanás y ya tengo ganas no solo de hablar de ella. Sino de hablarle a ella de mis ganas de hablar de ella... que cosa más terrible ese invento mío.

Pero aun resistiré un poco más, no les mentiré.. Voy a servirme otro vasito. Y otro luego. Tal vez resista el poder de la poción esta, tal vez no lo haga y escriba algo de ella más tarde.. o peor, tal vez le hable a ella de la inutilidad de quererla, de mis ganas de abrazarla, de besarla. De mi tristeza por no tenerla.

Quién sabe, la valentía se demuestra en la batalla... y hoy la libraré contra esa bebida del demonio. Contra mis ganas de hablar de ella y contra mis ganas de hablarle a ella de mis ganas de hablar de ella... esperemos a más tarde, a ver qué pasa.