De expectativas e ilusiones

Si has leído algunas de mis entradas anteriores, probablemente te habrás topado con algunas consideraciones sobre el juego de probabilidades que representa el conocer y tratar a las personas. En efecto, cuando decidimos tratar a alguien y depositar en ellos nuestra amistad y cariño, realizamos una apuesta importante que puede no salir bien al final.

Es que, cuando nos involucramos en cualquier tipo de relación (hasta la más simple amistad), apostamos a que esa persona va a formar parte importante de nuestras vidas. Que el cariño que invertimos en ella fructificará y crecerá convirtiéndonos en compañeros de viaje, por caminos buenos y malos, en este mundo de Dios.

Todas esas personas, decenas de apuestas que llevamos al tiempo, forman el contexto en el que nos desenvolvemos dando fundamento a esto que llamamos vida. Amigos de la infancia, compañeros de clase y/o de trabajo, relaciones amorosas, hasta Inclusive los simples conocidos... Todos ellos estructuran y dan pie a nuestras vivencias, entregándonos el aprendizaje que necesitamos para enriquecernos y para desarrollarnos.. Es decir, para vivir.
 
En resumen, nuestras vidas son reflejo de las expectativas e ilusiones que depositamos en todos aquellos que nos rodean. Esas expectativas e ilusiones no son estáticas. Cambian, evolucionan cada vez que conocemos a alguien y resulta en una apuesta exitosa o fallida. De allí los altibajos emocionales que sufrimos a ratos y que, de alguna manera, redireccionan nuestras vidas cada tanto. La intensidad de este viraje dependerá del grado de involucramiento que tengamos con las personas... es decir, dependerá de lo que estemos dispuestos a apostar... y esta apuesta depende a su vez de nuestras expectativas y.. pues, el circulo gira.. y la vida continúa.. ja ja

El hecho es que, debido a que no podemos prever el resultado de nuestra apuesta, solo nos queda llevar la vida como reflejo de nuestras expectativas e ilusiones con todas sus altas y bajas. Cada cambio de dirección, y cada modificación de expectativas, nos asegurará el cumplimiento del objetivo primario de toda esta batalla... ¡Vivir!.
 
La verdad, no es mucho lo que podemos hacer para organizar a nuestro antojo todo este gran caos. Somos lo que somos y solo nos queda vivir según nuestro contexto y esperar a ver que sale... pero, ya verán, a la larga va a ser divertido.