Ese azul grisáceo...

Ja.. me reconozco un pésimo soldado en esta guerra que he decidido liberar.. esta batalla diaria contra tu influencia, contra esa capacidad de meterte en mi alma y transmutar tu mundo en el mío, haciendo de tu antojos mis metas. He tenido pequeñas victorias claro.. una vez hasta logré resistir esos ojos hermosos y otro día casi soy capaz de no reaccionar a ese ligero roce de tu piel que siempre sobre excita mis sentidos.

Pero esas minúsculas victorias no pueden ser más que quiméricas. Toda mi preparación, toda mi fortaleza y decisión se hacen humo al primer embate de tu artillería colorida. Es que no solo ves el mundo en colores sino que tomas los colores del mundo y te vistes con ellos... mejorándolos, mimetizándote, volviéndolos parte de tu esencia.

Quieres un par de ejemplos?

En primer lugar. Quisiera saber, quién diablos puede resistirse a ti el día que decides apropiarte del color rojo y aparecerte de repente, sin aviso ni protesto, con esa actitud fresca, alegre, atractiva. ¿sabes a que me refiero verdad?... claro que si, eres plenamente consciente del efecto que causas y te diviertes robándole protagonismo al mundo. Porque, vamos a estar claros, quién va a ver amaneceres o atardeceres rojizos con los mismos ojos que una ves te vieron arropada de ese color?  Eso es algo genéticamente imposible para un hombre con un mínimo de sanidad mental.

En segundo lugar, lo que provocó las elucubraciones que terminaron en este post... Ese bendito gris azulado, o azul grisáceo (ya ni se describirlo) que le robas al cielo de días lluviosos y que solo he tenido la oportunidad de apreciar dos veces (Sip, llevo la cuenta). Esto para mi fortuna ya que Sería tu esclavo ahora de haberlo disfrutado mas.

Es extraño ¿sabes?... porque, cuando amaneces de este color, cubres más tu piel que otros días. Y eso amiga mía, para alguien que adora esa piel de ángel, es siempre motivo de tristeza.

Pero esos días, esos días azul grisáceos (o gris azulados), ese color hace que revientes de sensualidad. Es que usas ese color en tu cuerpo con tanta maestría femenina que, sin forzar mucho la imaginación, tus formas se revelan con esa explosividad de mujer que atrapa, que domina... llamando al abrazo, previendo una caricia, provocando la necesidad de al menos un pequeño beso. Si amiga, es que ese color abraza con tanta firmeza tu cuerpo que se manifiesta la realidad de esos atributos con los que, a veces, no estas completamente conforme y que, en verdad, son perfectos como el sueño de un escultor.

Y estos, amiga hermosa, son solo dos de los colores que usas. Dos de esos colores que le robas al mundo y que haces tuyos... Es que no solo ves el mundo en colores sino que tomas los colores del mundo y te vistes con ellos... Dime, con sinceridad, ¿Quién diablos se resiste a esta artillería?

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