Metáforas

No entiendo qué me pasa el día de hoy, normalmente no me cuesta tanto comenzar a escribir. Pensé en realidad que tenía hoy la oportunidad perfecta ya que hace rato que no te saco de mi mente. Cuando estás allí, no puedo evitar viajar a tu mundo y los sentimientos que generas impulsan las palabras que literalmente saltan, letra a letra, desde mi teclado.

Pero hoy, hoy es diferente. De alguna manera, desde la distancia, saltaste las barreras de mis pensamientos y llenas tu ausencia con tu esencia. Una esencia de mujer que trasciende el espacio y el tiempo llenando mis sentidos... excitándolos, liberándolos de mi control y convirtiéndolos en tiranos de mi mente. 

No tengo imaginación para palabras cuando la necesito toda para contextualizar con imágenes, robadas a mi memoria, esta tangible presencia tuya que siento me arropa.

En realidad, esta aparente imposibilidad de escribirte y pensarte al mismo tiempo no es que me preocupe demasiado. Eres tan especial que un poco de ti, aunque solo sea en etérea presencia, llena lo suficiente como para que todo lo demás sobre. Por ahora, mi soledad se conforma con la recreación de tu piel, suave y cremosa, y el cálido aliento de tus labios ocultos ambos en la metáfora de mi tibia habitación o el aire frio de la montaña.

Es que para mí, hermosa amiga, el mundo entero se ha convertido en una metáfora de ambos. Es así como cada día acaricio tus cabellos y robo pequeños besos de tus labios bien oculto en el viento de la montaña. Si, ese viento cómplice que todos los dias te saluda y te acaricia llevandote mi cariño. 

Es ese mismo viento mensajero el que trae de vuelta a mí tu esencia, tu energía de mujer bella, sensual, poderosa... deseable. Es ese mismo viento el que cada día me estrecha en un fuerte abrazo con perfume a ti... perfume que sigue siendo aroma de ángeles.

Je je, Ves?.. como siempre.. haz hecho tu magia. Destrancaste el juego y algunas palabras han salido...