Y el destino me alcanzó...

Y el destino me alcanzó. La hora temida ha sonado y mi mayor temor está aquí, materializado, palpable... terrible.
 
Tanto luchar, tanto mantener arriadas mis velas obviando vientos favorables y, sin remedio, la futilidad de mis intentos por detener lo inevitable se revela de golpe. No hay nada que hacer... llegó la hora de dejarte.

No pude, o no quise, evitarlo. Arropado por un mundo previsible, aburrido, rico en grises y oscuridades, me regalaste parte del tuyo. Un mundo nuevo, fresco y colorido. Un mundo multicolor que poco a poco  fue cambiando al mío, pintándolo de emociones desconocidas o ya olvidadas, tiñéndolo de alegría, plantando semillas de cariño. Semillas que poco a poco fueron retoñando en sentimientos más profundos que, ahora lo reconozco sin tapujos, al final florecieron en botones de amor.

Ahora, como el Romeo de Shakespeare, me siento juguete del destino al tener que enfrentar la situación que tanto he temido y que tantas veces postergué. Debo dejarte y, contigo, dejar una parte de ese mundo brillante y luminoso que me regalaste, solo por conocerte, y que me recordó una forma de ver la vida que hace años había olvidado.

Aunque tus sentimientos no marcharon al compás de los míos, de alguna manera, sin proponértelo cambiaste mi vida. Entre el hombre que era y el hombre que soy ahora hay una gran distancia y, en el medio, estás tú de mediadora, de guía.

Cada mirada que me diste, cada sonrisa que me regalaste cada cosa que mi corazón pidió hiciera por ti, inclusive cada disgusto,.. fueron reconstruyéndome hasta convertirme en este hombre nuevo que ahora regresa a casa... sin ti o, pensándolo mejor, lleno de ti a rebosar en cada rincón de esta alma aún eufórica y agradecida por haberte conocido. Es que ha sido tan fuerte el efecto que causaste en mi, que estarás conmigo a cada paso que dé en este nuevo futuro que el padre me tiene reservado.
 
Y es que te amo amiga mía, y por amarte, he aprendido de nuevo a amar el mundo por el que, hasta ahora, solo transcurría y del cual había olvidado es ruidoso y colorido. Te amo amiga mía. Y a través de este sentimiento, el padre me ha recordado que existen maravillas en este mundo que son valiosas y por las que vale la pena vivir. Por amarte, amiga mía, regresaré a casa contigo como estandarte y dispuesto a luchar con honor cada batalla que haya de ser librada.

El destino me alcanzó, amiga hermosa. Pero ahora entiendo y doy gracias al padre porque en ti envió a mí una de sus maravillas, a acompañarme en mi trinchera, a enseñarme a ver de otra manera este mundo que me ha otorgado.
 
Por eso, amiga mía, era imposible no amarte. Eres la manifestación misma del amor del padre, la materialización de su voluntad... un regalo milagroso que vino a mí en tiempos de necesidad y que se ha fijado en mi alma para que recuerde siempre su poder.

La hora temida ha sonado, amiga hermosa, pero el temor ya no está. Ya solo están El Padre, tú (una de sus maravillas)... y el amor que, por su confabulación, ha retoñado en mí y del que siempre llevaré huellas por donde camine.

Por eso amiga mia, ahora lo sé, era imposible no amarte.

0 comentarios por ahora. Escribe uno:

Publicar un comentario

Hola... deja tu comentario aqui. No permito ni favorezco intercambio o descarga alguna de audios o videos. Cualquier comentario relacionado con este aspecto será eliminado de inmediato y sin aviso.
Cuaquier comentario soez y ofensivo correrá el mismo destino.