Un paso a la vez

Un paso a la vez.. un paso a la vez.. como mantra todopoderoso no dejo de repetirme estas palabras, más como un vano intento de darme animo que como una afirmación basada en mi propia seguridad de que sea real.
 
Pero la verdad es que ahí vamos, poco a poco, eliminando puentes y desatando lazos. Es de verdad un trabajo laborioso, no es cualquier cosa lo que trato de deshacer, es magia pura la que me envuelve y de la que trato de encontrar una salida.
 
No es fácil, no lo es. No lo es cuando esa magia se volvió una parte tan importante de tu vida, no lo es cuando levantas la vista y la sientes en casi todas las cosas que conforman tu micromundo.. y estoy diciéndolo literalmente, nada de metáforas esta vez.
 
Verán, después de ser bendecido con tanta magia, cada cosa que hay a mi alrededor parece haber sido impregnada con su esencia. Desde mi pinche bolígrafo, hasta cada traste de cocina que uso, todo parece tener activamente una historia o al menos una pequeña anécdota relacionada con ella. ¡Demonios! si hasta mi cepillo de dientes tiene un cuento bastante gracioso que mejor ni les digo. No tienen ni idea de lo difícil que es superar magia de este nivel.

Sin embargo, nada tiene comparación a la dura batalla que representa el tener que superar esa porción de magia que, con tu anuencia la mayor parte de las veces, se te metió en el corazón. Esa magia que se integró contigo y que hizo vivible tu vida en condiciones de adversidad. Esa es la magia que de verdad se convierte en un reto a superar. Es un reto porque para sacarla, como si de una flecha se tratara, debes agrandar primero la herida que produjo inicialmente.

Es difícil, de verdad que lo es. Y, si lo logro, no será sin graves cicatrices... Pero he asumido el reto y ahí vamos... un paso a la vez... un paso a la vez..